Tu risa
Quítame el pan, si quieres, /quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
No me quites la rosa, /la lanza que desgranas,
el agua que de pronto /estalla en tu alegría,
la repentina ola /de plata que te nace.
Mi lucha es dura y vuelvo /con los ojos cansados
a veces de haber visto /la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa /sube al cielo buscándome
y abre para mi todas /las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora /más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto /ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle, /ríe, porque tu risa
será para mis manos /como una espada fresca.
Junto al mar en otoño, /tu risa debe alzar
su cascada de espuma, /y en primavera, amor,
quiero tu risa como /la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa /de mi patria sonora.
Ríete de la noche, /del día, de la luna,
ríete de las calles /torcidas de la isla,
ríete de este torpe /muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro /los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van, /cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, /la luz, la primavera,
pero tu risa nunca /porque me moriría.
Pablo Neruda
Los versos del capitán
(1952)